El Patio de los Leones, situado en el Palacio de los Leones, es una de las estancias más conocidas y bellas de la Alhambra, y marca el momento culminante de su arquitectura. Este patio destaca por su preciosa fuente, sujetada por leones, representativa de la técnica constructiva del Palacio y todo un símbolo de la importancia del elemento del agua en el conjunto de la Alhambra.

Aunque no se conoce la fecha exacta de datación del Patio de los Leones, fue Muhammad V el que inspiró la creación del mismo palacio. Con él, se alcanzó el apogeo del sultanato nazarí, siendo el Patio de los Leones la representación de la síntesis de todos sus estilos. Sin duda, un imprescindible en tu tour guiado a la Alhambra.

La Sala de los Abencerrajes, situada también en el Palacio de los Leones, es una de las salas más bonitas de la Alhambra. Y eso a pesar de la oscura leyenda que cae sobre ella. Se dice que en esta sala fueron asesinados a traición los caballeros Abencerrajes, y de ahí tomó prestado su nombre la sala, a partir del siglo XVI.

Cuando veas la sala durante tu visita a la Alhambra, no olvides levantar la cabeza y echar un vistazo a su impresionante techo. Y es que la estancia destaca por su espectacular cúpula de mocárabes, que toman la forma de una estrella de ocho puntas al abrirse sobre ocho trompas, también de mocárabes.

La Sala de las Dos Hermanas pertenece al Palacio de los Leones, siendo una de las salas más bellas y espectaculares que verás en tu visita a los Palacios Nazaríes. Tiene una estructura muy similar a la Sala de los Abencerrajes, decorada de forma espectacular mediante composiciones geométricas que sin duda te maravillarán.

El nombre de Sala de Dos Hermanas se debe a sus dos grandes losas de mármol, centradas por una fuentecilla que desemboca en el Patio de los Leones. No dejes de ver su zócalo de alicatados. El zócalo está compuesto por un entrelazado de cintas de varios colores, que forman una de las composiciones más originales de toda la Alhambra.

El Patio de los Arrayanes, también conocido como Patio de Comares, está situado en el Palacio de Comares y es una de sus estampas más representativas. Su nombre proviene de los macizos de arrayanes (o mirtos) que bordean su alberca central, que contrastan con el mármol blanco del resto del patio.

La alberca (el estanque) es todo un símbolo de la arquitectura nazarí y juega un papel crucial en el patio. Así, el agua actúa como un espejo y refleja las estructuras del monumental Palacio, dándole una nueva dimensión al espacio.

La Sala de los Reyes de la Alhambra es la sala principal del Palacio de los Leones. En ella, la Corte nazarí celebrara sus recepciones y representaciones festivas, a la vez que servía de lugar de reposo y tertulia.

La Sala de los Reyes se divide en tres alcobas de planta cuadrada, rematadas con cúpulas de mocárabes. Las tres falsas bóvedas albergan pinturas de época renacentista, que fueron añadidas a posteriori en el periodo cristiano. En ellas se mezcla la estética italiana con la islámica, y dan al conjunto una fusión de culturas y estilos única en el mundo.

El Cuarto Dorado es otra de las estancias que no puedes perderte durante tu visita a la Alhambra de Granada. Situado en el Palacio de Comares, debe su nombre al repintado mudéjar de su bello techo de madera, ya en época de los Reyes Católicos.

Esta estancia era utilizada en tiempos nazaríes por los administradores y secretarios de la Corte, y allí anotaban y ejecutaban las sentencias que dictaba el sultán. Por debajo de esta sala se sitúa el pasadizo que usaba la guardia de seguridad del conjunto de Palacios.

La Sala de Mexuar se llama así debido a que es la estancia principal del Palacio de Mexuar, cuyo nombre proviene del término árabe Maswar. Allí era donde se reunía la Sura, el equivalente al Consejos de Ministros. También era el lugar o la antesala donde el Sultán impartía justicia.

Se trata de una de las salas más antiguas de la Alhambra, probablemente construida por Isma’il a principios del siglo XIV, y perteneció a una estructura anterior al Patio de Comares y al de los Leones. La decoración fue adaptada por los sultanes Yusuf I y Muhammad V, responsables de la ejecución del Palacio de los Leones y el Palacio de Comares.

La Sala de Embajadores, también llamada Salón de Comares y Salón del Trono, se encuentra en dentro de la Torre de Comares, la más alta de la Alhambra con sus 45 metros de altura. Se trata de la sala más majestuosa del Palacio de Comares, y no debes perdértela en tu visita a los Palacios Nazaríes.

Seguro que te llamará la atención que la estancia esté repleta de inscripciones decorativas. Entre estas, hay numerosos poemas que ensalzan la figura de Dios y del emir. La sala está rodeada de un zócalo con vidrieras que forman figuras geométricas, que aportan a la estancia un efecto impresionante. Por último, no dejes de echar un vistazo a su cúpula, de madera de cedro cubierta de lacería. Sin duda, una obra maestra de la carpintería nazarí.

El Baño de Comares, llamado también Baño Real, es el hammam de la Alhambra. Es un imprescindible en tu visita a los Palacios Nazaríes, pues se trata del único baño medieval islámico conservado prácticamente íntegro de Occidente.

Debido a su estado de conservación y especial naturaleza, sólo podrás contemplarlo desde los huecos de otros espacios que te indicarán nuestros guías, pues está cerrado al público general.

Está ubicado entre el Palacio de Comares y el Palacio de los Leones, cerca de las habitaciones del palacio. Tiene una puerta directa en el patio, junto a la crujía en la que residía y gobernaba el sultán.

Por último, te recomendamos que te detengas a admirar la fabulosa Fachada del Palacio de Comares, que se alza frente a la galería del Cuarto Dorado. La Fachada de Comares fue mandada a construir por el sultán Muhammad V en el año 1370, con motivo de la conquista de Algeciras.

A los pies de la Fachada, el sultán recibía a sus súbditos, separando así el ámbito administrativo del familiar dentro del propio Palacio. Destaca por su perfecta síntesis de elementos decorativos geométricos, epigráficos y vegetales.